miércoles, 1 de agosto de 2012

Kerry way to Kenmare


La bahía de Kenmare se encuentra entre 2 penínsulas  de impronunciable nombre Irlandés, se trata del estuario del río del mismo nombre y es hábitat de multitud de especies tanto marinas como terrestres. 


Pero vamos por partes ya que antes de llegar allí hay un largo camino, the Kerry  way es una red de varios caminos bastante bien acondicionados y señalizados a la perfección que recorren gran parte del condado y a través de los cuales se pueden ver varios de los más idílicos paisajes de Irlanda. 



Empezamos tarde pero sin prisa, son 25 Km. pero aquí atardece tarde y no tenemos mucho que hacer una vez lleguemos a Kenmare salvo buscar hostel y algún pub así que "take it easy"…The Kerry way pasa justo por mi casa así que salimos de aquí dirección Torc waterfall solo que esta vez toca subir casi hasta arriba de Torc mountain para llegar a los impresionantes prados que esconde. Entre riachuelos y verdaderos ríos el fluir de agua nos acompaña casi todo el camino pero eso aquí no es raro, el agua es omnipresente en Irlanda. 


Poco a poco los prados dan paso a turberas y el camino se convierte en barro y pasarelas de madera para los peores tramos pero nada insalvable con unas botas medio decentes y un poco de cuidado. Poco después llegamos a una zona de bosques y el camino se divide en 2 rutas la de Kenmare y la del Black valley aquí las botas ya empiezan a molestar y eso que aun nos quedan como 10 Km pero el paisaje es aun mas salvaje y verde si cabe. Al rato las famosas ovejas Irlandesas hacen acto de presencia y ya se ve al fondo la larga bahía de Kenmare aunque aun nos queda por delante la larga bajada hasta el pueblo.


Una vez llegados a nuestro destino, Kenmare un pequeño pero muy tipico pueblo Irlandes. Después de la caminata buscar hostel, ducha, una cena vegetariana para que Julia pueda comer y a descubrir los Pub’s del pueblo. Después de unas pintas acabamos jugando al billar con un limón así que mejor me ahorro las fotos de la noche. 




A la mañana siguiente nuestro objetivo es la bahía, así que reservamos en una empresa de cruceros llamada Seafari, cuyo capitán es un biólogo marino y cuya especialidad es llevar a la gente a ver la colonia de focas que vive en las pequeñas islitas de la bahía. Los charranes (Sterna hirudo) revolotean lanzándose en picado a por pececillos antes de salir. Los cormoranes pululan por toda la costa, tanto el moñudo (Phalacrocórax aristotelis) como el grande (Phalacrocórax carbo), las garzas reales (Ardea cinerea) son también muy comunes y se las ve durante todo el trayecto. Al rato de salir Liam ve algo moverse en el agua que resulta ser la primera foca de la mañana. En unas rocas un bando de gaviotas de varias especies toma el sol junto a los ostreros (Haematopus ostralegus). Aquí habitan gran variedad de gaviotas no solo la patiamarilla que monopoliza casi por completo las costas Españolas. Aquí se encuentran de forma continua reidoras (Chroicocephalus ridibundus), la argentea europea (Larus argentatus), Gavión atlántico (Larus marinus) y aun más variedad que esta por llegar una vez empiece el frío del invierno.



Al rato de navegación por la idílica bahía llegamos a la colonia principal de focas donde conviven y crían tanto la foca común (Phoca vitulina) como la foca gris (Halicoerus grypus).



Después de un buen rato viendo retozar y tomar el sol a estos simpáticos animales, volvemos a puerto mientras escuchamos algo de “Irish music" que nos tocan las hijas del capitán y disfrutamos de una buena taza de té caliente que falta hace ya que el viento del mar no perdona.



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